Hoy queremos abordar una de las mayores dudas de casi todos los clientes que vienen a solicitar nuestros servicios con la intención de vender una de sus propiedades o viviendas, y es que en la mayoría de las ocasiones nadie sabe cual sería el importe adecuado para fijar el precio de su propiedad; y ahí es donde entra en juego nuestra experiencia en el sector y profundo conocimiento de la situación y tendencias del mercado inmobiliario en cada momento.
¿Cuánto vale mi casa? Esta es una pregunta que en Inmhogar Ávila solemos escuchar con mucha frecuencia; y es que, por lo general, nadie quiere fallar a la hora de fijar el precio de su vivienda, ya que esto le puede reportar una gran perdida de rentabilidad, o incluso el hecho de no conseguir encontrar un comprador; esa es la cuestión, como se suele decir: “algo vale lo que alguien este dispuesto a pagar por ello”. Hace tiempo ya tratamos levemente este tema en nuestra GUÍA RÁPIDA PARA VENDEDORES
, pero como creemos que merece concretar un poco más, esta semana queremos dejar claros los conceptos de coste, valor y precio, los cuáles son fundamentales para poder fijar un precio adecuado para tu inmueble y así no perder dinero ni tampoco “quemar” su anuncio y que tus potenciales clientes pierdan el interés.
Coste, valor y precio son tres términos que a priori pueden parecer sinónimos, pero si profundizamos tan solo un poquito, es suficiente para darnos cuenta de que no es así; y eso es lo que vamos a hacer, profundizar en el significado de estos tres términos.
HAY QUE SER PREVISORES: COSTE
La venta de un inmueble, al igual que casi todos los trámites administrativos, tiene unos costes derivados; costes que debemos tener en cuenta y conocer bien como primer paso para fijar un precio adecuado para nuestra propiedad.
Dentro del ámbito de cualquier actividad económica se define coste como “el valor monetario de los consumos de factores que supone el ejercicio de una actividad económica destinada a la producción de un bien, servicio o actividad”, que llevado a nuestro ámbito se traduciría en el dinero que nos va a costar vender el inmueble. Para esto se deben tener en cuenta todos los gastos que correrán por cuenta del vendedor, la plusvalía municipal; así mismo si hay ganancia patrimonial que no se reinvierte, deberás saber que importe tendrás que pagar en el IRPF del año siguiente; si la vivienda tiene carga hipotecaria, los gastos que el banco te cobrará por la cancelación; así como los que supone la cancelación registral hipotecaria; y no olvides también el IBI
del año en curso.
Teniendo todo esto claro, podríamos pasar a la siguiente fase de ¿cómo definir el precio de una vivienda?
PONERSE EN EL LUGAR DEL COMPRADOR: VALOR
Esta parte suele ser la más conflictiva del proceso, ya que se trata de la más subjetiva; cuando decidimos vender un inmueble (o cualquiera de nuestras propiedades sea cual sea) siempre va acompañado de un “un valor subjetivo añadido”
que se ha ido creando con el paso del tiempo. Digamos que sin darnos cuenta, le ponemos un precio a lo que hemos vivido en esa casa, nuestros recuerdos en ella, o esos detalles tan personales que hemos ido incorporando en la misma; pero hay que ser un poco objetivos y comprender que, tal vez ese “valor subjetivo añadido”, solo es visible y sobre todo valorable para nosotros, pero no para nuestros posibles compradores.
Por esto, debemos ponernos en la piel del posible comprador y bastantear la utilidad que recibirá a cambio de lo que pague por el inmueble de manera objetiva, pues para el comprador el valor es “ lo máximo a lo que está dispuesto a renunciar por comprar un bien” y si atendemos a el valor que como vendedores percibimos y no al que percibe el comprador, corremos el riesgo de que éste no compre nunca, pues al comprarlo estaría renunciando a algo que valora más de lo que va a obtener a cambio.
COMBINACIÓN DE COSTE Y VALOR: PRECIO
Eso es; si combinamos el análisis del coste y del valor (hechos de una manera efectiva) conseguimos un precio adecuado para nuestra propiedad, que la hará atractiva para nuestros potenciales compradores sin perjuicio en los beneficios obtenidos por la venta.
En definitiva un precio adecuado surge de conocer a la perfección tanto el proceso de venta de inmuebles y su correspondiente legislación, para poder definir los gastos que ocasionará la operación, como en saber cuál es la situación del mercado inmobiliario en cada momento, para de esa manera poder generar un perfil de potencial comprador y conocer a qué factores otorgará más “utilidad”, haciéndonos así una idea muy clara de qué valor puede tener para él tu propiedad.